Se te va a extrañar crack. Ya te extrañamos en el "patio de tu casa". 
Ahora te va a extrañar el fútbol, incluso aquellos que te bardearon a 
más no poder. Te va a extrañar el fútbol entero. Porque sos el mejor 
jugador que vi en cancha. Al Diego lo vi poquito, al final de su carrera
 en aquellos partidos donde -de manera un tanto salteada- jugaba sus 
últimos partidos en la Bombonera. Pero a vos te disfruté toda la 
carrera. Y cómo no te voy a extrañar si viéndote en vivo ¡pasé de los 
mejores días de mi vida! No me voy a olvidar jamás lo qué lloré de 
emoción al verte con la Intercontinetal del 2000 en aquel partido contra
 San Lorenzo de regreso de Japón pos victoria contra el Real. Estaba 
abrazado con mi viejo, ahí, en el "patio de tu casa" y veía relucir esa 
Intercontinetal que de chico veía que levantaban todos los equipos más 
grandes del mundo. 
Tampoco podré olvidarme jamás mi grito desaforado de 
"ooooooole", ahí en "el patio de tu casa", en el caño a Yepes contra 
riBer por la Copa del 2000. Ese año festejé mi cumpleaños -entre otros 
lugares- en el "patio de tu casa": contra GELP, partidazo y golazo tuyo.
 Previo al partido con el Real en Japón, y en un partido clave por el 
campeonato que después ganaríamos, recuerdo el golazo contra Talleres y 
que yo, ahí, en el "patio de tu casa", le dije al oido a mi viejo que 
era uno de los mejores goles que había visto en una cancha. Ni hablemos 
de la Copa del 2001 -¡qué partido jugaste en Brasil contra Palmeiras, 
mamita! o cada clásico, tan especial en sí mismo. Me acuerdo cuando se 
fue Bianchi en 2001, el (los) golazo(s) contra Independiente y tu gesto 
-fiel a tu estilo- de ir corriendo a darle la mano al Virrey. Yo estaba 
ahí también, en el "patio de tu casa", disfrutándote.
También tengo muy 
latente un golazo contra Unión en 2002 previo a tu partida (de los 
mejores goles de tu carrera) y -por sobre todo- el partido contra 
Central del 2007. Era verano y fui a la cancha con la misma emoción 
-genuina, noble e inocente- con la que fui la primera vez que fui a la 
cancha más de 10 años atrás que ese partido. Y cuando te vi entrar, ese 
día de blanco y azul, tenía la misma piel de pollo que la primera vez 
que vi entrar a Boca a una cancha. Ese año la Libertadores fue solo 
tuya. ¡Hasta desgarrado la rompiste para cumplir tu promesa de ganar una
 Libertadores más! Qué jugador, la pucha... 
Determinante en los partidos
 del Apertura 2008 (no por el triangular pero no me olvido que estábamos
 a 11 puntos de la punta y brillaste en los partidos que tenías que 
brillar: en el Monumental, con Central, contra San Lorenzo -golazo 
incluido- contra Arsenal -golazo, clave, incluido, y en Tucumán contra 
San Martín en el partido donde había que "ganar o ganar") y entonces; 
cómo no te voy a extrañar, con las mismas lágrimas con las que te 
despedí desde la tribuna, aquel mayo de 2014 cuando todos esperamos que 
termines la "conferencia" en cancha para ovacionarte sabiendo -muy 
profundamente- que era la última vez que te ibamos a ver ahí, en el 
"patio de tu casa". Ese día -para callar a los idiotas (in)útiles que 
decían que vos ya no eras el mismo- ¡metiste un caño sin tocar la 
pelota! Creo que ya no hace falta entrar en discusión alguna pero 
disfruté mucho tu 2013-2014 sabiendo que eran los últimos momentos en el
 "patio de tu casa". Había partidos donde en situaciones puntuales del 
juego solo te miraba a vos desde la tribuna. Por todas estas cosas te 
voy a extrañar Román. La 10 es tuya. Ya lo dijiste vos con justa razón: "el día en que un jugador de Boca gane más de 3 Libertadores será de él, pero por ahora es mia; y el día que uno juegue más de 206 partidos en la Bombonera será el patio de su casa, hoy es mio". 
Yo hoy te escribo estas líneas que tal vez nunca leas, 
como quien le escribe a alguien a quien quiere mucho y que va a extrañar
 infinitamente. Te quiero... Gracias eternas Román.
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| Imagen: Infobae.com | 
 


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