jueves, 21 de enero de 2010

Trampa

Mi mente caótica se dispersa por todas partes.
Mi
Mi mente caótica se dispersa por todas partes.
Mente
Mi mente caótica se dispersa por todas partes.
Caótica,
Mi mente caótica se dispersa por todas partes.
piensa,
Mi mente caótica se dispersa por todas partes.
recuerda,
Mi mente caótica se dispersa por todas partes.
y no me deja dormir.
Mi mente caótica se dispersa por todas partes.

martes, 5 de enero de 2010

Cuatro pequeñas limaduras para los primeros días del año

Can-sado
de la gente urbana,
asustada por el granizo diario,
que nunca llega.
Ya no sirve ningún
servicio del clima,
sólo inquietan a los automovilistas
en la ciudad
del asfalto que quema,
del parloteo barato
y del bla bla bla

El salvador de la Nación
nunca salió de su casa
y tiene la vida de un pequeño bebé
que espera llamar la atención,
con la absurda complejidad de imágenes que no se crean en el discurso.

*****
"Gente ignorante que antes nos tenían miedo
cojen confianza que nunca les dimos.
Cobardes, que van de valientes
hablando de nosotros mal ante la gente."
Eskorbuto
Cobardes,
que no hablan frente a la gente
por miedo que decante su hipocresía.

Hipócritas,
que ya no se atreven a hablar cara a cara
producto de su inmunda cobardía.

Cobardes,
hipócritas,
disfruten de su oscuro pasado
devenido en su único futuro,
por miedo que decante su hipocresía,
producto de su inmunda cobardía.
*****
Doble Final
Entró a su habitación. Cómo sabía que el vampiro estaba adentro esperando atacarlo, comenzó a hablarle. “Sé que estas ahí. Vi el cadáver de mi vecino tirado en el hall de entrada. Sé que estas ahí”. Hubo un incómodo silencio. Era una noche calurosa en la cual corría un leve viento por la ventana apenas abierta de la habitación. Dudó si lavarse las manos, había vuelto en subte a su casa, pero no le importó la higiene, estaba inmóvil, parado en la entrada de su cuarto, esperando no ser sorprendido por el vampiro. Entró lentamente y se sentó en la cama. Miraba constantemente a todos lados. “Algo tengo que ponerme a hacer, no puedo pasar toda la noche así”, pensó. Agarró un disco y lo puso en su discman. Apenas iba a ponerse los auriculares, los tiró al piso. “No soy un idiota, si escucho música no voy a escuchar el momento en que me ataques”, le dijo al vampiro. Entonces decidió leer un libro. Estaba leyendo una antología poética de Dylan Thomas, pero no pudo leer ni tres páginas más de las que estaban marcadas por el señalador de Chet Baker que él mismo había hecho. Volvió a apoyar el libro sobre la mesa que estaba al costado izquierdo de su cama. Pasó dos horas tirado en la cama, esperando ser mordido por el vampiro pero no pasó absolutamente nada. A la hora de la cena, él sabía que iba a ser la ultima vez que iba a comer, estaba seguro de ello. “Me voy a la cocina a tener mi última cena, no me arruines eso, cuando vuelvo, esperaré ser asesinado por vos”, mencionó en voz alta y ronca. Se preparó un lomo con salsa parisien. Luego de comer lavó los platos y fue a su habitación.

Final 1: cuando entra a la habitación, lo muerde y lo mata.
Final 2: el muchacho después de varias horas, se queda dormido, y al despertar al otro día sigue paranoico y queda como que era una neurosis de él.
*****
... y ahora estoy
en el bar de los enormes chopps de cerveza,
mirando por la ventana
la lluvia caer en el parque.
La ciudad está desierta de gente,
desierta de vos,
y está tan llena de mí
que dan ganas de vomitar.