¿seremos nosotros
los que rompamos con tanto beige?
estas preguntas sin respuestas
de martes al mediodía
son las mismas que no dejan desandar
los caminos a los que habría que cruzar
con furia, confianza y con la sonrisa adolescente
enmarcada en la boca.
Juguemos a ponernos a prueba
viajemos por el mundo teniendo la certeza
que el amor viene detrás nuestro,
¿se puede creer en las casualidades
cuándo se dejó de ser aquel niño de tercer grado?
¿o estamos buscando el amor que no existe
sólo para comprobar su inexistencia
y sonreír sarcásticamente para demostrar
que teníamos razón?
Nunca
vamos a dejar nuestros narcisismos,
y somos muy frágiles para aceptar
ese juego donde apostamos a separarnos
para volver a estar juntos diez años después.
Esperamos
la casualidad.
Nosotros no podemos cerrar
lo que queremos que el destino cierre.
Esperamos algo
que nos evite transitar cualquier camino
en el cual ya no creemos.
Sólo buscamos la casualidad más grande de nuestras vidas.
miércoles, 20 de julio de 2011
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